Disfrutar de una taza de café tras la comida ofrece ventajas inequívocas:
El café estimula la producción de ácidos gástricos, lo que consecuentemente ayuda a la digestión. Es también un postre ligero que hace más fácil resistirse la tentación de otras opciones más calóricas. ¡Un poco de placer para un completo disfrute!
Una pieza de chocolate con su café de la tarde puede convertirse en una rutina placentera que satisface sus ansias de ingerir dulces y le ayuda a evitar otros tentempiés.